Por: Jack
3er Semestre

El 22 de octubre de 2024, partí rumbo a una experiencia que nunca olvidaré. Viajé a Bahréin, un país en el Medio Oriente conocido por sus paisajes únicos, sus desiertos y playas.
La razón de mi viaje era participar en una competencia de natación a nivel mundial, lo cual representaba mi primera experiencia de este calibre. Fue un orgullo poder representar a México en una competencia internacional y sabía que me esperaba una prueba exigente pero emocionante.

La competencia fue increíble y llena de buenos momentos. Tuve la oportunidad de conocer a personas de muchas partes del mundo y formar relaciones con compañeros de la delegación mexicana.
La piscina donde competimos era impresionante: el agua cristalina, los bloques de salida de última generación y los carriles bien delimitados. Mis contrincantes eran nadadores de alto nivel, pero eso no me impidió disfrutar y crear vínculos genuinos con ellos.

Competí en cuatro pruebas individuales y dos relevos (50, 100 y 200 metros dorso, y 100 metros libre). Obtuve los lugares 6, 7 y 8. Aunque no fueron los resultados que esperaba, estando en territorio desconocido y enfrentándome a los mejores del mundo, siento orgullo por lo logrado y sé que fue una experiencia de crecimiento invaluable.
Esta meta no la alcancé solo; detrás de cada brazada había muchas personas apoyándome y guiándome. Mi entrenador, mi familia, mi equipo, maestros, compañeros y amigos fueron mi respaldo.

A todos ellos les agradezco profundamente su paciencia, empatía, respeto y apoyo incondicional. Este logro no es solo mío, sino de todos los que me acompañaron en el camino y fueron parte de esta experiencia inolvidable.