Por: Daniela O.M. Grupo: 4° rojo
Hoy quiero hablarles de algo que a menudo damos por sentado, pero sin lo cual la vida sería imposible: los árboles.
Los árboles no solo embellecen nuestro planeta, sino que nos regalan vida. ¿Te imaginas despertar un día en un mundo sin árboles? Sería un lugar sin aire limpio, sin la sombra que nos protege del sol, sin animales en los bosques y sin muchos de los alimentos que disfrutamos cada día.
Los árboles son, literalmente, los pulmones de la Tierra. Absorben el dióxido de carbono y nos devuelven oxígeno puro, ese mismo que respiramos ahora. Un solo árbol puede producir suficiente oxígeno para cuatro personas al día. Imagina, entonces, el poder de millones de árboles trabajando juntos para limpiar nuestro aire y hacerlo más saludable.
Pero su importancia va mucho más allá. Los árboles son hogares para miles de especies de animales. En sus ramas viven aves, ardillas y monos; en sus troncos se refugian insectos; y en sus raíces habitan pequeños seres que mantienen el equilibrio de los ecosistemas. Cuando talamos árboles sin control, muchos de estos animales pierden su hogar y corren el riesgo de desaparecer para siempre.
¿Sabías que los árboles también son aliados clave contra el cambio climático? Absorben el exceso de calor, regulan la temperatura del planeta y evitan que el suelo se seque. En las ciudades, los árboles nos brindan sombra y frescura, reduciendo el calor de las calles y haciendo nuestro entorno más agradable.
El agua que bebemos también depende de los árboles. Sus raíces ayudan a filtrar el agua de lluvia, permitiendo que llegue limpia a ríos y lagos. Sin árboles, el agua no se purificaría de la misma manera y podríamos enfrentar escasez de agua potable.
No olvidemos que muchos de nuestros alimentos provienen de los árboles: manzanas, naranjas, mangos, almendras y nueces, por mencionar algunos. Sin ellos, nuestra alimentación sería mucho menos variada y nutritiva.
Lamentablemente, cada año se talan millones de árboles en el mundo para fabricar papel, muebles o construir carreteras y ciudades. Muchas veces, esto se hace sin replantar nuevos árboles, lo que causa un daño enorme a la naturaleza.
Por eso, los niños y niñas también podemos marcar la diferencia. Podemos plantar árboles, cuidar los que ya existen y recordar a los adultos la importancia de protegerlos. También podemos reciclar papel y madera para evitar que se talen más árboles innecesariamente.
Si cada persona realiza un pequeño esfuerzo, podríamos salvar millones de árboles y asegurar un futuro más verde y lleno de vida.
Los árboles nos han dado todo sin pedir nada a cambio. Ahora es nuestro turno de agradecerles y protegerlos.
¡Cuidemos los árboles, porque al hacerlo, estamos cuidando nuestro futuro!
